Embriagado en la danza
que mueve los colores en la tela
y por el dulce efluvio
de tanta trementina derramada,
has salido a la calle y caminando
has alzado tus ojos,
y al ver los resplandores de la tarde
cobrizos, soberanos, intangibles,
al ver la luz precaria, desorta,
fugándose entre las nubes y ventiscas
del marzo vagabundo que nos lleva,
has bajado la cara con vergüenza
comprendiendo lo absurdo del empeño
que movía tus manos sobre el lienzo.
José Saborit. Flor de Sal. 2012.




















